La Virgen de la Caridad en el Centenario de la República de Cuba
Mons. Agustín Román
El próximo 20 de mayo
se cumplirán 100 años de la instauración de la República de Cuba. A pesar de
vivir en las sombras tan prolongadas sin libertad, los cubanos debemos celebrar
este acontecimiento con fe y esperanza, ya que para los que creemos en Dios todo
es posible si ponemos la búsqueda de la libertad en sus manos.
Los tristes años de opresión y exilio deben verse como tiempo de purificación,
como descubríamos al prepararnos para la celebración del V Centenario de la
Evangelización de nuestro pueblo en el programa de las Comunidades de Reflexión
Eclesial Cubana en la Diáspora (CRECED).
Cuando Estados Unidos y España firmaron el armisticio dejaron fuera a los
mambises, verdaderos héroes de la Independencia de Cuba. Nos cuenta la historia
que el General Calixto García, jefe del ejército de Oriente, dio órdenes a su
estado mayor para que celebraran el triunfo de la libertad dando gracias al buen
Dios a los pies de la Virgen de la Caridad en su Santuario del Cobre. La
celebración tendría lugar el 8 de septiembre de 1898 con la Santa Misa y el Te
Deum. Los mambises reconocían que la Virgen de la Caridad les había acompañado
en los momentos difíciles de la manigua, cuando bajo su amparo habían
peregrinado. Este gesto ha sido llamado la Declaración Mambisa de la
Independencia del Pueblo Cubano.
El Santuario del Cobre se llenó como nunca de un público desbordante de fervor.
El pueblo acompañaba a los oficiales del ejercito cubano y norteamericano. El
sacerdote cubano, Desiderio Messnier, celebró la Misa y pronunció un sermón
alertando al pueblo cubano para que tuviera en la Madre de Cristo, bajo el
hermoso título de la Caridad, a la Madre que le enseñará a consolidar la
República cristiana.
El 20 de septiembre de ese mismo año –1898–, el clero cubano se dirigió al Santo
Padre, en ese momento León XIII, pidiéndole que echara una mirada a aquella
parte de la Iglesia que vivía momentos difíciles. Ellos, como sacerdotes
cubanos, estaban dispuestos a cooperar responsablemente en este comienzo de la
República. El 10 de octubre del mismo año el padre Messnier fue uno de los
oradores en el Club San Carlos, en Santiago de Cuba, junto a los patriotas
Urbano Sánchez, Enrique Trujillo y M. Portuondo Barceló para conmemorar el
alzamiento de La Demajagua en 1868.
Las reflexiones eclesiales dentro de Cuba del Encuentro Nacional Eclesial Cubano
(ENEC) en 1986 y en 1996; y en el exterior de CRECED en 1992, analizan estos
hechos. Ahí podemos redescubrir cómo la Virgen de la Caridad ha acompañado
nuestra historia en sus días claros y en sus noches oscuras.
En su viaje a la Isla en enero de 1998, el Santo Padre coronó la imagen de la
Virgen de la Caridad en Santiago de Cuba; y en las homilías que pronunció en los
distintos lugares del país que visitó, nos recordó los valores cristianos que
enriquecen nuestra cultura, lo cual le hizo exclamar: “Cuba tiene un alma
cristiana”.
Respondiendo al llamado del Comité del Centenario de la Instauración de la
República de Cuba, CRECED ha estado realizando este año un hermoso trabajo
cristiano y patriótico, tratando de hacer del Año del Centenario uno de oración
intensa por Cuba y por sus hijos; un año de reflexión sobre nuestra rica
herencia histórica y cristiana; un año de unidad y reconciliación, que nos haga
un solo pueblo.
El próximo 20 de mayo, el Comité del Centenario de la Instauración de la
República de Cuba celebrará un acto cívico patriótico en los jardines de la
Ermita de la Caridad, e invita a todos los cubanos a hacer acto de presencia.
Esperamos un día poder celebrarlo en el Cobre, como hicieron los mambises en
1898.
Fuente: La Voz Catolica. Mayo, 2002